Metralla crece en medio del odio,
la calle es su lugar.
Él se alimenta de todo lo ajeno,
y con un arma se siente inmortal.

Puede llevarse el mundo por delante,
nunca miró hacia atrás.
Juega con fuego y la vida le quema,
su primer crímen sería el final.

Está muy cansado...
Se escucha un disparo...

Se ve mezclado en el fuego cruzado,
mata por puro placer.
Una sirena y mil balas lo cercan,
debe empezar a correr.

Pobre Metralla, está sólo y herido,
y morirá en su ley.
La sociedad siempre fue el enemigo
que nunca pudo vencer.

Está asustado...
Hay sangre en sus manos...

No cierres los ojos,
aquí está tu infierno real.
Ves hombres de blanco,
pretenden tu vida salvar.

Eras un hereje,
y hoy eres parte del mal.
Tu vida se agota,
tu alma se queja, no fuiste inmortal.

Está asustado,
hay sangre en sus manos.
Su vida se acaba
en un solitario hospital.

Su alma se queja,
Metralla no era inmortal.
Fue siempre un hereje,
y hoy necesita de Dios.

No cierres lo ojos,
(aquí está tu infierno), también tu dolor.
¡También tu dolor!